Desfile de lencería sobre la nieve del Líbano
Hasta ahora, siempre hemos asociado al Líbano a un territorio plagado de fundamentalistas de todas las religiones del que sólo nos llegaban historias asociadas a guerra, desgracia y destrucción.
Pues nada más lejos de la realidad, como podéis comprobar en la foto que encabeza estas líneas el Líbano antes de ser uno de los frentes de batalla preferidos por los grandes halcones de la región era conocido como la Suiza de Oriente, y además de por su próspera actividad financiera, también le correspondía dicho calificativo por las montañas que lo delimitan en su parte nororiental con territorio sirio.
En dichas montañas encontramos una serie de complejos y resorts con instalaciones más que dignas para poder practicar el esquí (Ver estación de esquí). De entre ellas destaca, a tan sólo 58 km. de Beirut, Faraya-Mzaar que con pistas que arrancan desde los 1.850 m. alcanzan la cima del monte Mzaar a casi 2.500 m. con más de 30 medios que nos aseguran un dominio esquiable más que aceptable con más de 80 km. de pistas.
Pero esta estación es además conocida internacionalmente porque cada año, y esta ya es la novena edición -que se dice pronto-, organiza a mediados de marzo una pasarela para desfilar con las principales novedades y tendencias en lencería femenina de la marca libanesa K-Lynn.
Desconocemos la opinión de los líderes de Hizbollah del sur o de los falangistas de los barrios católicos de Beirut, pero sin duda lo que nos demuestra es que hay una población libanesa que vive o mejor intenta vivir alejada de los fundamentalismos.
Hace algún tiempo en plena ofensiva contra el régimen talibán en Afganistán alguien dijo, con gran acierto en mi opinión, que bombardear a los mulás talibanes con tangas, wonderbras y otras picardías sería mucho más eficaz que arrojarles misiles Tomahawk o bombas enriquecidas con uranio.
Fdo. El San Bernardo.