El sandiazo

13. mayo 2008 · Categoría: El San Bernardo

En primer lugar quisiera presentarme, mi nombre es Abel si pongo mi nombre porque considero que lo de esconderse detrás de un anónimo o un nickname (perdón a veces me olvido en que foro me encuentro) no deja de ser una burda patraña para amparar opiniones e insidias de cobardes.Una vez aclarada la identidad del que suscribe este modesto apartado de crítica catártica global, quiero agradecer en primer lugar a Raul que me prestara su plataforma personal para que pudiera repartir mis sandiazos.

¿Por qué un sandiazo?

Pues muy sencillo, porque me encanta la forma en la que estalla y se hace añicos la sandía. Hay gente que se siente hipnotizada por la mera observación del fuego; otros se sienten relajados al oir el sonido del agua de un arroyo; los hay incluso que prefieren una canción de Enya e incluso se han documentado casos en los que determinados asesinos en serie, justo antes de cometer sus crímenes, habían escuchado un disco de Luis Cobos -no os perdais el enlace, por favor- o Phil Collins (de hecho existe ya una Ponencia Parlamentaria para que dicha audición sea contemplada como circunstancia atenuante en los procesos penales). Pues miren Uds. a mí me dio por la sandía, es del tamaño perfecto para ser manipulada por una o dos manos, tiene la textura perfecta para poder ser arrojada sin problemas; pero sobretodo destacaría por encima de todo el color, ese verde oscuro esconde en su interior un rojo intenso que aflora moteado con las pepitas negras que se expanden a modo de metralla sobre la superficie donde fue arrojada.

Imagen extraida de la pelicula

¿De dónde surge el sandiazo?

La idea original surge del visionado hace tiempo de una de mis productos televisivos preferidos: Doctor en Alaska.  En uno de sus episodios (por favor echarle un vistazo) el comentarista radiofónico de la emisora local K-OSO, Chris Stevens, verdadero líder espiritual y filosófico de la comunidad, propone a la misma que participen con él en una verdadera acción de catarsis colectiva para asisitir al lanzamiento desde una catapulta de una vaca. Finalmente abandonan el elemento primitivo y salvaje y optan por un piano objeto inerte que siembra la discordia a lo largo del episodio y entiende que simboliza mejor la catarsis pretendida; que no deja de ser en sí mismo disfrutar del mero lanzamiento. Ése es el objetivo, intentar conseguir depurar nuestro día a día de todo aquello que nos agreda, ya sea nuestra sensibilidad, ideología, o la propia inteligencia; intentaremos crear una plataforma en la que cualquier persona interesada pueda de forma, sólo de momento, metafórica estallar una sandía para así liberarnos de ese malestar entre todos. Si no lo habeis hecho jamás, de verdad que os lo recomiendo.

Pero ya está bien de barato sermoneo, de momento no pretendo hacer un decálogo dogmático. En sucesivas actualizaciones o entregas de este pequeño rincón oscuro de Aulua, iremos actualizando entre todos los motivos que nos mueven para estallar sandías de todas las formas posibles, con la única condición y límite de que no puedan dañar la integridad física de nadie. Otra cosa sería la psíquica o moral porque la pelota ,o mejor dicho la sandía está en juego y no se admiten límites ni censuras. Construyamos ya esa catapulta que nos permita lanzar todo aquello que se nos antoje, cuanto más lejos mejor.

En fin que como he adelantado antes, este es un espacio de crítica catártica colectiva, vamos a predicar con el ejemplo y os adelanto algunos retazos de un artículo excelente de Andres Trapiello; que bajo el título de «La Zahurda Global» y desde el Magazine de La Vanguardia (27 Abril 2008) critica los blogs como «espacios amparadores de conductas cobardes e insidiosas al obtener gran parte de su contenido de opiniones anónimas que generan la natural indefensión de quien las recibe». El autor realiza una comparación entre las antiguas sociedades cerradas del «rancio burgo español» donde el anonimato se lanzaba de forma cobarde como arma arrojadiza para generar indefensión y desasosiego al que iba dirigido; con el fenómeno de la proliferación de espacios en internet donde las murmuraciones de las antiguas víboras se esconden ahora en originales y anónimos nicknames.

El autor lo resume diciendo: «Resulta difícil explicarlo , pero siempre hay alguien a quien le gusta untarse el dedo en su propio excremento, como a veces se ve en las letrinas ferroviarias, para escribir algo a la altura de esa tinta no precisamente simpática. (…) Indagar las razones por las que alguien se refugia en el anónimo o escribe con mierda en la puerta de un retrete excede el espacio de esta hoja».
En fin, como diría aquel ….. el primer sandiazo EN LA FRENTE!

Bueno, pues ya lo sabeis, en esta sección el único límite y censura será el de firmar las opiniones. A partir de ahí espero recibir vuestras colaboraciones y poder llenar este espacio virtual de sandiazos.

Abel

13 Comentarios
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  1. #1 • la pelirroja escribió el 14.05.2008 diciendo:
     

    tu sabes eso de…..lo bueno, si breve, dos veces bueno…jijijiji

  2. #2 • Maria escribió el 14.05.2008 diciendo:
     

    Cuando era pequeña yo siempre me sentaba al lado de mi abuelo allí donde fuéramos.
    Desde la mesa del comedor siempre lo contemplaba a mi izquierda y me gustaba verlo mirar con cara de estupefacción mientras nuestra casa, llena de mujeres, estallaba de risa, de pena o de ambas cosas a la vez, lo cual debo confesar que acababa siendo muy divertido.

    En cuanto aprendí a hablar pronto empecé a preguntar. El problema vino cuando tenía que decidir por mí misma si creer o no en la respuesta que se me otorgaba, pero mientras era mi abuelo el único que contestaba mis preguntas jamás surgía ningún tipo de duda y yo vivía más que tranquila.
    Recuerdo perfectamente cuando le pregunté cual era la fruta más buena. Él me contestó que la naranja porque tenía mucha vitamina C pero a mí realmente lo que me gustaban era las manzanas, las manzanas verdes, aquellas que muerdes con miedo porque sabes que por dentro son muy ácidas y aunque eso asuste, sabes que te gustan.

    Cuando ya asimilé mi afición a las manzanas por encima de las naranjas tuve otra crisis personal-frutal con mi abuelo puesto que a él las fresas le causaban alergia la cual cosa le había hecho odiarlas con todas sus fuerzas. A mí me encantaban del mismo modo que lo hacían las picotas. Mi devoción por estas últimas no fue gratuita. Influyó seriamente el hecho de ver “Las Brujas de Eastwick” (si ahora supiera hacerlo pondría un link o lo que sea para que pudierais disfrutar de la fantástica secuencia) en la que Cher, la Pfeiffer y la Sarandon se vengan mediante sus artes más oscuras de una elegantísima Veronica Cartwright.

    Hace cinco veranos aproximadamente estuve en Menorca. Trabajaba unas horas en una heladería y fue allí donde conocí a Angelo, jefe convertido rápidamente en filósofo y confidente. Angelo se confesaba un “casi alcohólico orgulloso” y a mí me hacía mucha gracia escucharle hablar de sus historias en Estados Unidos. Con tres restaurantes italianos en pleno funcionamiento (Nueva York, Boston y Philadelphia) se había casado con una americana al parecer guapísima con la que había tenido una hija Francesca, a la que todos llamábamos Frencci. Cuando estos se separaron ella se casó con un jugador de béisbol cubano y se quedó nada más y nada menos que con los tres negocios. Como era de esperar el nuevo matrimonio de la americana fracasó.
    Os seguiría contando la historia de Angelo porque es realmente fascinante pero me gustaría centrarme en las horas que pasaba con él en el taller de helados. Mientras él me enseñaba a hacer pesca-melba (melocotón con vainilla) o sorbete de Moët con frambuesas yo me sentaba en la mesa metálica y hablábamos de su vida, de cine y de jazz, lo cual supuso para él una gran frustración pues jamás consiguió que me gustara. También inventábamos sabores nuevos y sin lugar a dudas mi preferido resultó ser el de sandía con pepitas de chocolate.
    Desde entonces la sandía ha sido la única fruta instalada en el número uno de mi ranking.
    Ezequiel, mi compañero, siempre me advertía acerca de Angelo. Me decía que no creyera nada de lo que explicara. (Debo reconocer que cuando el italiano me comentó que él había sido el inventor de las cafeteras Soziale mi ceja izquierda se arqueó más que nunca).
    Pero yo nunca le hice caso a Ezequiel. Me gustaba hablar horas y horas con Angelo mientras me dejaba probar sus experimentos y que ofreciéndome su cuchara me dijera: “Prueba, esto es pura lujurrrrria…”. Opté por creer la historia del jugador cubano, de su encuentro con Woody Allen en Philadelphia y le animé a que siguiera practicando a tocar esa trompeta que nunca ni vi y nunca escuché.
    Tampoco sé si realmente se llamaba Angelo, Gianni o Pietro. La verdad es que me da bastante igual porque al igual que los pseudónimos, los nicknames y los anónimos me gustan las realidades paralelas. Y por qué no decirlo si aquí no va a haber censura, me gustan las mentiras.

    Y mucho más que eso me gustan los kiwis, las uvas y las canciones de Duncan Dhu.

  3. #3 • marcobacus escribió el 14.05.2008 diciendo:
     

    Querida María, sin duda tú relato rezuma sensibilidad y melancolía, incluso tintes proustianos, pero no quiero dejar de resaltar que a principios de los 90, en plena efervescencia hormonal, uno de mis vicios confesables era el maravilloso SANDY POP, helado de la casa LA Menorquina(precisamente), con forma de corte de nuestra amada curcubitacea.
    La piel tenía sabor de kiwi, la pulpa se corresponde con su refrescante sabor y por supuesto las pepitas eran de chocolate:

    http://www.menorquina.com/uploads/imagenes/images/veranoG_38.jpg

    Seguramente tu zapateresca ceja tenía bastante razón y el ínclito italiano era bastante mejor inventor de historias que de tendencias paladares.

    Ojito con las mentiras, esas bombas de relojería que estallan si no tienes manos expertas para manipularlas…

  4. #4 • tomaqueta escribió el 15.05.2008 diciendo:
     

    Estoy con meris. A mi tambien me gustan las mentiras, las realidades paralelas, las uvas, los kiwis, pensar que si las cosas no estan en mi cabeza no existen e inventarme frustraciones para sufrir de melancolia (mi enfermedad favorita)

    Pero maria! Duncan Dhu……..eso es muy fuerte! jejeje

    Escribes genial nena. Un beso

  5. #5 • Xen escribió el 15.05.2008 diciendo:
     

    Hoy voy a dar un sandiazo!!! Abel, acepto la invitación a hacerlo, aquí y ahora!
    (Siento romper la línea poético-mística de las anteriores aportaciones pero lo mío es el pragmatismo… También un breve apunte: odio las mentiras, no es que no diga o haya dicho unas cuantas, pero no creo en hacer apología de ello, prefiero la verdad, la transparencia y la honestidad)

    Mi sandiazo va contra todos aquellos que no tienen respeto por los demás… En esa lista caben un millón de personas y personajes, pero esta tarde sólo me interesan unos en concreto: los candidatos impresentables, los que no tienen absolutamente ningún respeto por mi persona, mi trabajo y mi tiempo.

    Por si no se sobreentiende, me dedico a los Recursos Humanos y esta tarde me han dado plantón. Sí, ¡plantón! Y como cada vez que me sucede (porque esto no es puntual, si no más frecuente de lo que parece), estoy indignada y asombrada de la cara dura de algunos.

    ¿Tan difícil es llamar para avisar que no se va a ir a la entrevista concertada, o que se ha cambiado de opinión y ya no interesa el puesto, o que ya se ha encontrado otra cosa? ¿Tan difícil es? Esta actitud parece menospreciar que con quien se iban a entrevistar, quien les está esperando, es una persona, alguien que se ha planificado para poder atenderles y que, posiblemente, esté priorizando el dedicarles tiempo a ellos por encima de su vida personal (sobretodo, a partir de según que horas).

    Y además, lo más increíble es que ni siquiera tienen una respuesta preparada cuando les llamas para confirmar si están de camino o han decidido pasar de una.

    Pues aquí estoy… haciendo estallar sandías, viendo convertirse el suelo en una masa jugosa y despedazada tan roja como la irá…

    (¡Suerte que esto se me pasa rápido y no tiene mayor importancia que un par de simbólicas sandías aplastadas contra el suelo!)

  6. #6 • Abel escribió el 19.05.2008 diciendo:
     

    En primer lugar agradeceros el haber participado en el primer sandiazo colectivo. Todas las aportaciones son bienvenidas y, en la medida de lo posible, puntualmente replicadas, apuntadas y/o comentadas. Lo prometo y a renglon seguido de estas palabras lo haré con las, hasta ahora recibidas.

    En segundo lugar, contradeciendome a mí mismo, típico efecto secundario de la ingestión masiva de tico ticos de sandía en la epoca de formacion de la personalidad, quedan autorizados los nicknames, apodos y demás máscaras venecianas que querais interponer entre vuestras identidades y las realidades aparentes que nos describais; porque, como dice nuestro mentado filosofo televisivo «lo importante no es tanto lo que se lanza, ni por qué se lanza; sino el lanzamiento en sí mismo».
    Nada de censura, aquí seremos todos declarados testigos protegidos de una realidad que nos golpea y a la que queremos denunciar.

  7. #7 • Abel escribió el 19.05.2008 diciendo:
     

    Amiga pelirroja, sólo decirte que no puedo entender cómo puedes participar en fomentar una de las grandes mentiras universales. ¿Cómo si algo es bueno, ha de ser breve? Al menos el que te escribe es más partidario de alargar las alegrías todo lo que se pueda, o nos dejen.

  8. #8 • Abel escribió el 19.05.2008 diciendo:
     

    Maria, estoy con tomaqueta, me ha gustado mucho tu macedonia de recuerdos. Gracias por compartirla con nosotros. Además tiene el sabor perfecto a fruta fresca y natural, como de temporada; sólo con el almibar justo de la referencia al sonido «ñoñosti». Espero volverte a ver por este rinconcito.

  9. #9 • Abel escribió el 19.05.2008 diciendo:
     

    Al sucesor latino del gran Dionisios, sólo comentarle que como nos aconsejaron en la Asociación yo también estuve enganchado al sandy pop. Gran intervención, muy bien llevada a colación; aunque que quieres que te diga pensar que todo surgió del ingenio de un italiano de paso que quería ligarse a una catalana tiene su gracia.

  10. #10 • Abel escribió el 19.05.2008 diciendo:
     

    Xen, veo que rapidamente has recogido el guante y lanzas el primer sandiazo en toda regla. Muy bien! esa es la idea! ahora mismo me estoy imaginando la mesa de tu despacho donde acabas de hacer estallar la sandía sobre el curriculum del mentecato ese.
    Además estoy completamente de acuerdo contigo ¿quién coño se cree la gente que es para poder disponer alegremente de nuestro tiempo? Lo único que te aconsejo es que, si todavía conservas una copia del curriculum, escribas ahora mismo sobre el mismo «sandiazo» y que en el caso de que la vida te lo vuelva a poner delante, le hagas esperar 2 horas, tras las cuales le puedes hacer entrega del mismo sin mediar palabra;… ¿te imaginas su cara?

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